La nueva museología y la museología crítica aportan
novedosos matices que, desde mi punto de vista, enriquecen en gran medida el
diálogo o la interacción entre el público y los contenidos del museo, si bien
es cierto que, estas nuevas tendencias museológicas no encajan de igual manera
según qué tipología o concepción de museos se trate, teniendo una mejor
conciliación por ejemplo con la disciplina etnográfica o dentro de las nuevas
corrientes artísticas, así como en planteamientos derivados de nuevas
propuestas museográficas (ecomuseos, la musealización de la
ciudad/territorio,…).
La nueva visión museológica concibe no un edificio,
sino un territorio, no una colección, sino un patrimonio, y no un público,
sino una comunidad participativa, a
diferencia del museo tradicional (edificio+colección+público). La nueva
concepción ha venido propiciada por la apertura en la mentalidad de los
museólogos a partir de la demanda sociocultural del público, ejerciendo la
autocrítica ante las exigencias de la sociedad, como consumidora del museo.
Ya en los 80 del pasado siglo, autores como Leroux
Dhys, señalan que “los nuevos museólogos intentan reflexionar sobre el futuro
de una institución llamada a ser el centro de la vida cultural del mañana, a
partir de la conservación de un patrimonio vuelto a ser vivo y no enfermo en
mausoleos inaccesibles para la mayoría…”.
Por su parte, Marc Maure[1] viene a decir que la nueva
museología es un fenómeno histórico y un sistema de valores, una museología de
acción, que puede ser definida por los siguientes parámetros metodológicos:
- Democracia cultural: ninguna cultura dominante debe ser ensalzada como “la cultura” en detrimento de la variedad de culturas existentes o que han existido en el territorio. Hay que preservar, valorar, utilizar y difundir la propia cultura de cada grupo.
- Un nuevo y triple paradigma: de la monodisciplinaridad a la pluridisciplinaridad, del público a la comunidad y del edificio al territorio.
- Concienciación: de la comunidad respecto de la existencia y valor de su propia cultural.
- Un sistema abierto e interactivo: un nuevo modelo interdisciplinar de trabajo con un carácter integral y un museo de puertas abiertas, dinámico por, para y con todos.
- Diálogo entre sujetos: el funcionamiento del museo está basado en la participación activa de los miembros de la comunidad. El museólogo deja de contemplarse como el experto encargado de dirimir la verdad, para convertirse en un “catalizador” al servicio de las necesidades de la comunidad.
En definitiva, se trata de neutralizar la distancia
entre el público y el contenido del museo, entre continente y contenido.
Además, a mi modo de entender, en la nueva museología
uno de los quid de la cuestión está
en motivar al público, para habremos de emplear el discurso progresivo,
con el que nosotros, como gestores del
patrimonio, podamos captar la atención del público a partir de las inquietudes
detectadas en éste (feedback).
A tenor de lo dicho, en este tipo de museología resulta
fundamental la retroalimentación con los receptores para desarrollar una
comunicación eficaz.
En este contexto museológico, el patrimonio es un
factor que debe ser presentado adecuadamente a través de una exposición que potencie
el factor humano, así pues, el intérprete
debe ser un experto en la materia que presenta al público, condición
indispensable para poder presentar de forma amena y no standarizada los
contenidos interesantes para cada perfil de público. Este conocimiento facilita
la adopción de nuevas metodologías para atraer visitantes de todas las edades y
estratos sociales a los elementos patrimoniales. Los museos deben ser un campo
abonado para potenciar experiencias de aprendizaje
informal, que por un lado se deriva del hecho de producirse en un campo
diferente al del aprendizaje formal que presenta directamente los contenidos al
usuario, y en segundo lugar, al considerar la experiencia educativa en parte
educación y en parte entretenimiento.
Una adecuada presentación de conceptos y contenidos
potenciará el factor humano por encima de los fríos textos de paneles y
cartelas. Los recursos de la comunicación deben incorporar los mecanismos de la
sociedad actual, ya que debemos emplear medios familiarizados con la vida
cotidiana de la sociedad, incidiendo en los aspectos que garanticen el
aprendizaje informal.
[1] MAURE, Marc. “La nouvelle muséologie, qu´est-ce que c´est?”. En SCHÄRER, M.R. (ed) Museum and community II, Icofom Study Series n. 25 (1996), págs. 127 – 132.