miércoles, 22 de junio de 2011

RECTA FINAL PARA LA CAPITALIDAD: Córdoba y los cordobeses/as esperamos con expectación la decisión del próximo 28 de junio

Córdoba en 7 Verbos from Córdoba 2016 on Vimeo.

Sin palabras.... Enhorabuena a todos/as los/as que hacen posible este sueño que pronto se hará realidad. Lo tenemos que conseguir: es justo, merecido y necesario.

ENTREVISTA A MANUEL PÉREZ (Director de la Oficina Municipal de la Capitalidad)

"Hay que pasar de ciudad patrimonial a agente cultural"

Aunque todo el mundo en Córdoba la desee, para él la Capitalidad no es un fin en sí mismo, sino un proceso del que se debe aprovechar el desarrollo que la cultura ha experimentado en la ciudad.

Faltan menos de tres semanas para que Córdoba sepa si es Capital Europea de la Cultura. Manuel Pérez es el más antiguo de los responsables de la candidatura y es consciente de lo que se ha conseguido en estos años.

—Acaba de terminar la visita del jurado. En ella, ¿Córdoba se ha jugado la mitad de la Capitalidad cultural, más o menos de ella?

Es muy difícil, porque no existe un baremo y los criterios los tiene el propio jurado. Era un paso importante que viesen algo que no se ve en los papeles, que percibiesen el sentir de la ciudad, de su gente, de sus creadores, de los empresarios. Eso es lo que hemos pretendido y lo que esperemos haber conseguido.

—Las expresiones populares de adhesión popular fueron constantes durante la visita. El acto final en Levante pudo ser para algunos tal vez excesivo por el baño de masas que se vivió, aunque parece que a los miembros del Comité les gustó. ¿Pudo ser un arma de doble filo?

Parece que no, ojalá no sea así. Yo creo que ellos lo vieron como un momento muy emocionante y así lo manifestaron. Las manifestaciones espontáneas de solidaridad con el proyecto eran inevitables, no eran buscadas, pero por otra parte creo que muestran el sentir de la ciudad. Aunque pudieran producir alguna molestia en algún momento, creo que era mucho más interesante el efecto positivo que generan. Y es que vieran el eslogan que tenemos: Córdoba quiere. Lo decimos en el papel, pero querer significa también demostrarlo y a veces en Andalucía somos un poquito excesivos en las manifestaciones, pero fue positivo globalmente.

—El jurado dijo que venía a comprobar que lo que había en el papel estaba o iba a estar en realidad, es decir, a verificarlo. Para la decisiva presentación del día 27, ¿qué se pide?

Tenemos que demostrar sobre todo que el proyecto es viable, solvente y capaz de ejecutarse con rigor. Tendremos que responder a todas las preguntas, que serán durante una hora. El proyecto está presentado en el dossier, ellos han visto la ciudad. ¿Qué falta ahora? Demostrar que la ciudad puede ejecutarlo con solvencia y con rigor. En segundo lugar, mostrarle otra vez la singularidad del proyecto: hecho en Córdoba, por gente de Córdoba y para Córdoba, que no es transplantable a otro sitio. Un proyecto de Córdoba para Europa. Y en tercer lugar, hacer una presentación interesante, atractiva, que también seamos capaces de convencerlos y sorprenderlos.

—Se habla de la Capitalidad desde hace casi una década. ¿Este apoyo popular habría sido posible empezando después?

Este proyecto ha cuajado en la ciudadanía por estar tanto tiempo trabajando. Por eso se llama «lluvia fina». Al final ha explotado la ciudad y se ha llenado de banderas y de gente pidiendo la Capitalidad y si no hay ninguna voz disonante ni manifestación contraria al proyecto es porque es un trabajo muy sólido, permanente, consistente, mantenido en el tiempo, y eso influye en que al final estamos en una situación muy buena desde el punto de vista de consenso ciudadano, institucional, político y de todo tipo.

—La viabilidad económica y la falta de un apoyo económico decidido por falta de empresas, ¿puede ser el talón de Aquiles del proyecto?

Lo estamos resolviendo. Al encuentro del jurado con empresarios acudieron el presidente de la patronal andaluza y muy importantes empresarios cordobeses y andaluces, donde expusieron que están dispuestos a colaborar económicamente con el proyecto. Esto palió esa posible dificultad y yo estoy seguro de que si Córdoba es declarada Capital Cultura vamos a encontrar financiación privada suficiente para poder ejecutarlo.

—Si el 28 de junio sale el nombre de Córdoba, ¿cuándo se va a notar lo extraordinario de la Capitalidad?

Casi desde que se inicie. En 2012 ya empiezan las primeras actuaciones importantes hacia 2016. Es fundamental que se mantenga el espíritu de acuerdo ciudadano, político e institucional que ahora mismo hay para ir desarrollando el proyecto aplicándolo, buscando la financiación a cada una de las propuestas que tiene que conformar el 2016, generar hábitos nuevos y propuestas nuevas... Porque hay que decir una cosa: el 2016 es importantísimo en este proyecto, pero el 2017 más. 2016 no puede ser un año de fuegos artificiales, que brillen mucho, pero se agoten en sí mismos. Tiene que quedar un rescoldo, un caldo de cultivo. Que esta ciudad sea otra, en equipamientos, en hábitos culturales, en actividad cultural, en número de visitantes, en gestionar mucho mejor todos los programas de turismo cultural. 2016, tal y como lo tenemos concebido, es mucho más un proceso que tiene su punto culminante en 2016, que un acontecimiento que ocurre en ese año.

—¿Ser sostenible, como se dice ahora?

Claro, que en 2017 siga funcionando lo que se ha puesto en marcha. Con otro grado de intensidad, como es natural, pero que no haya que cerrar teatros ni equipamientos porque no haya público o dinero, sino que se vaya «in crescendo» hasta 2016 llegando a un nivel que luego se mantenga desde el punto de vista del equipamiento y del personal.

—El equipamiento es relativamente fácil de hacer, ¿hay una industria cultural capaz de mantener todo ésto?

Una de las bazas de este proyecto, que tiene que ser primero viable y después sostenible es que se cree un entramado de gestores e industrias culturales mayor que el que hay. Creemos que es posible, porque desde que empezamos en este proyecto, a pesar de la crisis económica, se han incrementado casi en un 30 por ciento las actividades económicas vinculadas a la cultura. Si esto ha sido en una candidatura, estamos seguros de que cuando no sea una candidatura, sino un proyecto que empiece a desarrollarse, este proceso va a seguir y van a surgir gestores culturales nuevos, pequeñas o mediante industrias culturales y grandes industrias que apoyen. La Capitalidad va a contribuir a que ese entramado cultural se vaya formando y consolidando, lo que a su vez dará solidez al proyecto.

—Durante estos años se ha insistido en la importancia del camino de la candidatura, siguiendo el famoso poema de Kavafis. Suponiendo que Córdoba no lograra la designación, ¿cómo se mantendría lo logrado después de la lógica decepción?

Habría una fase primero de depresión, pero sería un momento para ponerlo en valor y marcarse nuevos retos. Yo creo que la Capitalidad no es un fin en sí mismo. Es muy importante conseguirlo, porque es algo que nos permite recorrer un camino diferente, marcarse objetivos, buscar acuerdos en una ciudad difícil hasta ahora para conseguirlos, encontrar objetivos comunes de ciudad, mejorar nuestro tejido industrial y productivo en base a las industrias culturales y sus derivadas. Y para eso la Capitalidad ayuda, pero si no lo conseguimos creo que hay que seguir planteándose retos, poniendo en valor y siendo conscientes de que hemos dado unos pasos muy importantes en el terreno cultural de unos años aquí y tenemos que seguir dándolos. Habrá que plantearse nuevos objetivos y hacia dónde va esta ciudad. Yo creo que esta ciudad ha encontrado un poco su destino en esta primera etapa del siglo XXI y tiene que ser la cultura, como elemento de referencia de la ciudad en Europa. Córdoba tiene que ser conocida en Europa no sólo como ciudad de patrimonio, sino también como una ciudad cultural activa. Pasar de ser una ciudad sujeto patrimonial a ser un agente cultural activo a partir de su propia historia.

—¿Se conseguirá quitar a la cultura la etiqueta de que debe estar protegida por las Administraciones?

Es difícil, pero es uno de los retos, que cada vez sea más autónoma, más capaz de producirse por sí sola. Es imprescindible que las instituciones brinden su apoyo, no necesariamente económico, sino de crear condiciones. Lo ideal es que la cultura se abra paso, porque haya suficiente creatividad para generarse, y generar cultura no es fácil. En segundo lugar, que haya unos soportes editoriales, industriales. Pero todo tiene que estar al margen de las instituciones.

—La transformación urbana al calor de la cultura puede ser uno de los puntos más ambiciosos. ¿Hay visos de lograrlo?

Muy ambicioso, sí. Es un proceso no de un año, sino de ir cambiando el «avatar» de la ciudad, que Córdoba tenga un nuevo avatar que sea la cultura. Y eso significa transformar desde el punto urbano, social y económico de la ciudad. A lo mejor no se consiguen todos, pero se pueden ir logrando poco a poco.

Fuente: ABC Córdoba (Cultura 08/06/2011)

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