sábado, 20 de noviembre de 2010

El informe COTEC establece que la innovación es necesaria para garantizar el Patrimonio Histórico Español


El potencial económico y social del amplio patrimonio histórico español puede ilustrarse tanto por su cantidad y calidad desde un punto de vista cultural, como por la espectacular progresión del turismo cultural y la evolución de sus comportamientos en un mundo cada vez más globalizado. El turismo en general es un sector que representa actualmente el 6% del Producto Bruto Mundial –casi el doble en el caso de España- y que ocupa uno de cada quince puestos de trabajo, estimándose que en 2011 el turismo representará el 9% del PIB mundial y uno de cada once empleos, según datos del World Travel and Tourism Council.

El Patrimonio Histórico genera importantes actividades económicas directamente relacionadas con su identificación, protección, conservación, restauración y, especialmente, con su gestión sostenible que pueden suponer, gracias a la innovación, oportunidades de negocio para sectores como la construcción, las TIC o el químico, entre otros muchos. Para analizar las oportunidades y necesidades de innovación de estas actividades, Cotec ha elaborado un informe sobre “Innovación en el sector del Patrimonio Histórico”. El libro se presentó en Madrid, en una rueda de prensa en la que participaron el arquitecto y dibujante, José María Pérez “Peridis”, Presidente de la Fundación Santa María la Real, y el Director General de Cotec, Juan Mulet, así como los directores del informe, Gabriel Morate, Director del Programa de Conservación del Patrimonio Histórico Español de la Fundación Caja Madrid, y Juan Carlos Prieto, Director General de la Fundación Santa María la Real.

 
El Patrimonio Histórico como motor económico

España es el segundo país del mundo, sólo por detrás de Italia, y a mucha distancia del siguiente país que es China, con mayor número de bienes culturales considerados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. A pesar de ello, los índices de turismo cultural de países con menos patrimonio, como Gran Bretaña o Francia, son muy superiores al nuestro. Las causas de esta contradictoria realidad son varias pero existen dos especialmente relevantes: por un lado, el Patrimonio Histórico de esos países está en su conjunto mejor conservado y gestionado que el Patrimonio español; por otro lado, el aprovechamiento cultural y turístico de los recursos patrimoniales de España es mucho menor. Y es que la existencia de monumentos, sitios arqueológicos, museos, paisajes, etc., no supone ningún beneficio económico automático para un territorio, siendo necesaria una adecuada gestión con una visión amplia y a largo plazo en la que la innovación juega un papel determinante.

Existe un creciente interés por cuantificar la participación de la cultura en la economía española, y se han realizado diversos estudios que analizan las llamadas industrias culturales o de las artes escénicas y su contribución a la riqueza nacional, que muchos sitúan en torno a un 10% del PIB. Sin embargo, todavía no se han realizado estudios rigurosos sobre el impacto económico del patrimonio histórico, por lo que sólo es posible intuir o hacer aproximaciones a una dimensión del Patrimonio, la económica, que hasta hace muy poco era considerada por muchos como incompatible con su dimensión social y cultural.

Por otra parte, el Patrimonio está relacionado de modo muy dispar con otras actividades o productos de la economía, como la compraventa de antigüedades, de manera muy directa, o la publicidad, y los sectores audiovisual, editorial, etc., de forma más indirecta. Existen, además, múltiples relaciones entre el Patrimonio Histórico y los otros dos terrenos de la economía de la cultura: las artes escénicas y las industrias culturales. Así mismo, el Patrimonio resulta ser el recurso de mayor peso para el turismo cultural, definido por el International Council on Monuments and Sites (ICOMOS) en 1976 como aquella forma de turismo que tiene por objeto, entre otros fines y motivaciones, el conocimiento de monumentos y sitios históricos.

Un ejemplo muy ilustrativo del beneficio, vía turismo cultural, en relación con el gasto en conservación del patrimonio, realizado sobre la Comarca de Albarracín, en Aragón, se recoge en un análisis sobre Conservación del Patrimonio Histórico en España publicado por la Fundación Caja Madrid en 2008. Según este estudio en esa comarca aragonesa, de 4.900 habitantes, los ingresos por consumo turístico en 2004 fueron de más de 8 millones de euros, sin contar los efectos indirectos o multiplicadores que el turismo generó en la economía local, mientras que los gastos de conservación del patrimonio histórico y cultural de la comarca apenas superaron los 300.000 euros.

 
En clave de innovación

La innovación en el ámbito del patrimonio, un sector tradicionalmente más “reactivo” que “proactivo” y acostumbrado a las políticas de subvención a fondo perdido, no es una opción, sino una acuciante necesidad para hacer económica y culturalmente viable la conservación de tanto patrimonio

Para ello, el informe analiza las innovaciones de carácter tecnológico diferenciadamente en cuatro aspectos fundamentales de la cadena de valor del sector (identificación y conocimiento, conservación preventiva, restauración y divulgación).

Además de analizar las necesidades de innovación en estas áreas, el informe dedica un apartado especial a la innovación en la gestión del patrimonio debido a que, más importante que la innovación tecnológica, en este sector lo es la innovación en la amplitud en el enfoque de los proyectos, las estructuras organizativas y los procedimientos de gestión, a través de nuevos modelos innovadores que abarquen todas y cada una de las áreas y que partan de nuevas fórmulas de explotación y gestión sostenible de los recursos patrimoniales.

Para ello, el informe señala que es fundamental abordar, en primer lugar, los problemas derivados de sistemas de gestión bastante obsoletos pero de generalizada utilización hasta ahora por las principales instituciones gestoras del patrimonio en nuestro país. Cualquier proceso de innovación en el patrimonio y el aprovechamiento de muchas de las oportunidades de generación de riqueza que la innovación en este sector puede ofrecer, sólo serán posibles merced a la innovación en los procedimientos de gestión de estas instituciones.

El informe sugiere la idoneidad de los planes de intervención territoriales como un nuevo modelo de gestión que puede ser una alternativa a la gestión tradicional del patrimonio histórico. Estos planes parten de la identificación y el profundo análisis de un territorio y sus bienes patrimoniales, a partir de la detección de una necesidad de actuación, y están dotados de una agilidad que permite reducir significativamente los costes, al limitarse los gastos de gestión que supondría abordar cada proyecto individualmente.

La planificación estratégica volcada al territorio y la colaboración pública y privada a través de convenios, que regulan una nueva estructura organizativa permiten, además, la reducción de los tiempos de espera entre intervenciones y la rápida realización de actuaciones puntuales o de urgencia, lo que posibilita ejecutar el mayor número de intervenciones en el menor tiempo posible, y esto redunda en una mayor eficiencia en el gasto de los recursos empleados.


Imagen / texto: Fundación Cotec

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